domingo, 20 de octubre de 2013

LA MOVIDA MADRILEÑA

 Es un movimiento contracultura surgido durante los primeros años de la transición de la España posfranquista, que se generalizaría y convertiría muy pronto en la Movida española y se prolongo hasta mediados de los años ochenta.

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HISTORIA

La noche madrileña siempre fue muy activa no sólo por las salidas nocturnas de los jóvenes, sino a causa de un interés inusual en las llamadas culturas alternativas o underground. Todo ello había estado germinando desde los movimientos culturales juveniles que anteriormente, a través del boom turístico, habían llegado del resto de Europa en los sesenta y setenta y que, tras la caída de la dictadura y con el cambio de régimen, encontrarían ya un terreno abonado para desenvolverse completamente. Fue parte del cambio y liberalización cultural e ideológica a que se abriría la gran mayoría de la sociedad española en general.


La movida fue una época de expresión con música pop y underground, comics, tiras fotonovela con subtítulos, la comercialización descarada, películas y diseños extravagantes.Todos tenían cuerpos cubiertos de purpurina, maquillaje exagerado (incluso los chicos!), Chaquetas de cuero y pelo multicolor locamente estilo. Fue una época de punks, glams, rockeros, el abuso de alcohol, las drogas, la experimentación sexual y otras cosas. La post-dictadura franquista programa de televisión La Bola de Cristal (la bola de cristal) abordó temas difíciles con un estilo punk rock en particular. La música pop en España parecía ser una mala copia de la escena progresiva musical del mundo anglosajón o los cantantes de protesta orientadas políticos. La única excepción fue la roca urbano (rock urbano), que trajo un poco de frescura al panorama musical aburrido. Bandas famosas de la época eran Mecano , Alaska, Radio Futura, Paraíso, Kaká Deluxe, Burning, Gabinete Caligari, Nacha Pop y Hombres G. Algunos de ellos están haciendo remontadas fuertes hoy.


LITERATURA
Surgida a la palestra el 13 de marzo de 1984 con el debate en la Tertulia de Creadores(Círculo de Bellas Artes de Madrid) «Narrativa en la Posmodernidad», en el que participaron Gregorio Morales, Vicente Molina Foix, Luis Antonio de Villena ,Javier Barquín, Jose Tono Martines, Luis Mateo Diez, Sardinita, Jose Antonio Gabriel y Galan, Jose Luis Moreno Ruiz y Ramón Mayrata. La mayor parte de ellos como Gregorio Morales (alma de la Tertulia de Creadores), José Tono Martínez o Ramón Mayrata eran colaboradores regulares de La Luna. Sus objetivos se pueden sintetizar en estas palabras de Gregorio Morales: “Superación de la narrativa decimonónica y de la vanguardista. Asunción completa del presente, precisamente para definirlo, negarlo y saltar por encima de él. Construcción de nuevas realidades que muestren horizontes desconocidos. Ser la reina de las artes, la avanzadilla de la renovación, la definidora de las modas. Erigirse en el juego lingüístico del entorno, definidor y organizador de los otros juegos. Y pese a todo, no buscar ninguna trascendencia, aunque sí el humor, la ironía, el desgarramiento o la belleza. Ser, en definitiva, tan variada y original como el universo y tan humilde como una intocable”.

File:CARTEL GREGORIO MORALES (CÍRCULO DE BELLAS ARTES).JPG


LAS NUEVAS CONCEPCIONES DEL ARTE

La imagen de la movida fue obra de autores como Ceesepe, que retrataron la imagen de la noche madrileña, o las imágenes oníricas de Madrid que hiciera  la fotógrafa Ouka Leele o los retratos en blanco y negro de  la modernidad madrileña que hiciera el  también fotógrafo Alberto García Alix. Revistas como La Luna y Madriz, sirvieron para darse a conocer la obra de jóvenes fotógrafos, pintores y viñetistas. El mundo del comic de los años 80, animado por estas publicaciones, seguía esa tendencia “underground” con toques castizos que le caracterizó, donde se mezclaban los ambientes más sórdidos y la sofisticación de una modernidad.
La estética de los 80 encontró a través de estos dibujos y fotografías un escaparate que ha trascendido en el tiempo.  Las imágenes de la noche de Madrid  que nos ofrece García Alix  pudieron verse en la reciente exposición del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y forman ya parte tanto del imaginario  colectivo de la generación de aquellos años como de la historia de la fotografía contemporánea en España.
Podríamos hablar también de otras artes que contribuyeron a crear una imagen moderna de Madrid, de hecho fue ese interés por convertir a Madrid en una capital distinta a la que había sido durante el franquismo, una de las señas de identidad de La Movida. Pero sin duda, más allá de las artes gráficas, el cine y los fanzines, la Movida se recuerda a partir de su música.













PRINCIPALES CORRIENTES DE LA NOVELA DE 1975

En 1975 se publica La verdad sobre el caso Savolta, escrita por  Eduardo Mendoza. Esta obra revela una vuelta al interés por la trama, al viejo placer de contar y leer historias, rasgo que se convertirá en el principal nexo de unión de las diversas modalidades del relato en esta etapa.
También son características de esta época la enorme proliferación de títulos, el incremento del número de escritores, la vinculación entre la labor literaria y la periodística en numerosos autores y el gusto creciente por el relato corto.
La abundancia de títulos impide una clasificación exhaustiva; sin embargo, las tendencias más sobresalientes dela novela desde 1975 son las siguientes:

Novela de intriga: El éxito de esta corriente radica en la adaptación de un producto puramente americano a la cultura española, así como las obras creadas por uno de los escritores más importantes de la época, Manuel Vázquez Montalbán ( Los mares del sur; Asesinato en el Comité Central )
Son interesantes en esta línea los títulos El invierno en Lisboa y Plenilunio, de Antonio Muñoz Molina.
Aparecen novelas que no pertenecen en rigor a esta categoría, pero que incorporan recursos de la novela policiaca, como Visión del ahogado de Juan José Millás, o Queda la noche de Soledad Puértolas.

Novela histórica: Este es uno de los géneros de mayor éxito editorial desde los años 80 en el que se engloban novelas que sitúan la acción en marcos temporales pasados ( El capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte )
Los acontecimientos en ocasiones son el soporte para una reflexión sobre problemas humanos universales; la fabulación histórica puede adoptar  incluso una óptica irónica y desmitificadora ( Las máscaras del héroe ,de  Juan Manuel de Prada ).
En esta tendencia cabría incluir los relatos sobre la Guerra Civil, como Las trece rosas, de Jesús Ferrero; Soldados de Salamina, de Javier Cercas.

Novela intimista:  Estas novelas están protagonizadas por una persona de mediana edad, habitualmente desconcertada y angustiada, que vive en un espacio urbano actual y cuyos problemas íntimos
Se abordan en el relato, tales como el amor, la soledad, la memoria, la propia identidad o la incomunicación. En ocasiones se difuminan las fronteras  entre la vida real y el mundo de la fantasía con intención de desconcertar e implicar al lector.
Ejemplos de estas novelas son El desorden de tu nombre  de Juan José Millás; Juegos de la edad tardía, de Luis Landero o Historia de un idiota contada por él mismo,  de Félix de Azúa.

Novela testimonial: Tendencia en la que los autores construyen relatos realistas sobre problemas sociales, como la defensa de la condición femenina en Te trataré como una reina, de Rosa Montero, o la vida de los más jóvenes, como en Historias del Kronen, de José Ángel Mañas.


Novela experimental: Son escasos los títulos que pueden inscribirse en esta corriente. Quizá las muestras más relevantes sean las novelas de Miguel Espinosa, Escuela de mandarines y La tríbada falsaria, en las que el autor recoge, en una parábola abundante en técnicas experimentales, su ácida y crítica visión de la realidad contemporánea.










El valor no es la ausencia del miedo, sino el miedo junto a la voluntad de seguir